Ermita de San Telmo (Las Palmas de Gran Canaria)

La ermita de San Telmo, con uno de los retablos más bellos de la isla de Gran Canaria, es un ejemplo de arquitectura mudéjar con portada gótico-renacentista.

La primera ermita de San Pedro González Telmo se fundó en el siglo XVI y fue destruida en 1599 con el ataque del corsario Pieter van der Does, iniciándose su reconstrucción en 1604.

La ermita fue lugar de oración y sede de la cofradía del gremio de los mareantes o marineros, además de su lugar de entierro. Hoy es la iglesia parroquial de San Bernardo y está declarada como Bien de Interés Cultural.

El edificio es de planta rectangular con dos crujías longitudinales. La mayor está ocupada por la nave de la iglesia, que se cubre a dos aguas, y el presbiterio, de mayor altura y a tres aguas.

De gran interés es el arco fajón decorado, sus artesonados mudéjares, así como el retablo mayor, de estilo barroco, y los paneles policromados que decoran el interior.

…Así, el siglo XVI tiene para Gran Canaria una relevancia especial: aún no ha terminado de difuminarse la sombra de los Guanartemes (envueltos los canarios supervivientes en el seno de la nueva sociedad) y los nuevos pobladores (extremeños, andaluces, castellanos, portugueses, genoveses, flamencos, moriscos, judeoconversos de toda la Península y africanos, estos últimos como mano de obra esclava la mayoría de las veces) comienzan ya a repartir el territorio e instalar los primeros ingenios, que tanta riqueza trajeran hasta su colapso final en el último cuarto del siglo. La riqueza permitió el aumento de la población y la fundación de nuevos lugares: Telde, Gáldar, Guía, San Lorenzo o el Lugarejo, La Vega, Arucas etc. fueron pagos que fructificaron al amparo de la riqueza que el cultivo de la caña y la escasa estratificación social extendían por todas partes; y se levantan iglesias, ermitas, palacetes y casas por doquier que son testimonio de esa prosperidad y cuya huella arquitectónica ha llegado hasta nosotros.